domingo, 21 de junio de 2009

Bitácora del Capitán: día 9.

Queridos marineros, queridos pasajeros: hoy nuestra campaña ha visto un gran avance en su cruzada de este nuevo mundo.
Hoy, al despertarme esta mañana, asomé mis narices por la escotilla del living y de la cocina luego de escuchar una voz que decía "Mirá cómo está afuera". No voy a decir que encontré la tierra que me prometieron ver aquí, pero vi un halo de ella. Un avance, una preview, una primera instancia de lo que será. Al somarme vi todo el pasto y algunas porciones de tierra completamente blancos. No era nieve aún, pero sí era hielo de la propia helada. Era la primera vez que veía la tierra así, congelada. Es obvio que ni me atreví a salir a verlo de cerca, un simple avistamiento desde mi camarote fue suficiente.
Lo mejor de todo es que anuncian nieve para el Lunes. Llego a despertarme con todo el patio blanco y me agarra un patatús terrible, más que nada de saber el frío que va a hacer.
Llendo al sector gastronomico de mi vida, les comento que hoy el fenix ganó un importante partido. Creo que el resultado final fue 9-0 a favor nuestro, jugando de visitantes. Yo les explico: estabamos planeando ir con mis tíos a comer algo afuera, a Tío Paco y meter un buen pool para coronar la noche. En eso caen de repente Rúl y su esposa Rosa y nos invitan a comer algo a su casa. Sin muchos problemas, terminamos aceptando. "Llevamos un vinito y la coca, ustedes ponen la comida?" dijimos.. o algo así. No, creo que fue al revez. De todas formas, eso es lo que terminó pasando. Dicho y hecho, fuimos con las bebidas hasta su casa. Al entrar se olía un aroma bastante rico: carnesita por acá, un poco de huevo duro por otro lado, olor a aceitunas también. Pero la comida ni se veía. "Huele rico, tengo fé" dije para mis adentros. Mi fé fue respondida. Al sentarnos en la mesa, Rosa trajo una bandeja llena con empanadas fritas, abriendo de esta forma la ilusión de un paraíso frente a mi. "Esto es demasiado bueno, tanto como cuando Argentina ganó 6-0 contra Perú. Seguro cobran falta en algún momento". Pero no, no hubo falta. Mi mayor temor era que tuvieran pasas de uva, lo cual si bien no es rico, no es poco coherente en las empanadas de carne. "Te gustan de carne y sin pasas?" preguntó Rosa. El 7 pateó desde afuera del área, directo para marcar el primer gol. Si se preguntan porqué el resultado fue 9-0 y solo mencioné un gol hasta ahora, es porque el resto de los goles fue por cada empanada que comí. No sé bien si fueron 8 o 9, pero llegó un momento donde dejé de contar, la felicidad del momento era mayor. Las empanadas estaban perfectas: estaban hechas hace un rato, por lo cual la temperatura era la ideal para comer sin esperar a enfriarlas; el relleno perfectamente puesto adentro ya que no era ni mucho ni poco sino la medida justa; lo más importante también era el jugo, si bien había, era preciso, no chorreaba como en las que compro en mi barrio. Esas empanadas me hicieron acordar a las que hace la abuela de Luna, igual de ricas eran.
San Martín de los Andes es definitivamente una nueva experiencia, gastronomicamente hablando.
Mañana es el día del padre. Como dijo mi abuelo, es apenas una fecha más creada por los comercios y eso para generar mayores ventas. Es increíble como todo el mundo se desespera para comprar una corbata, una camisa, una afeitadora para el padre. Se supone que uno debería saludar a su padre y madre más seguido (No digo todos los días, ya que llegaría un momento en que ellos mismos nos mandarían a freir churros). Pero, como le dije a mi abuelo, una llamada en el día del padre no viene nada mal. "Sí, otra excusa de las compañías de telefono para ganar más plata" me dijo. Nunca me sentí tan ingénuo como en ese momento. Pero bueno, capaz para Movistar sean unos centavos de ganancia, pero para mi viejo y mi abuelo será la sonrisa ante una llamada y la risa al saber que me estoy congelando acá (el pronostico dijo temperaturas bajo 0, más que interesante). Asi que bueno, alimentaré a Movistar mañana.
Para despedir la bitácora del día de la fecha, tengo un anuncio que dar. Me he decidido, más que para obtener un medio práctico de movilidad, para vencer uno de mis miedos, probar de manejar el cuatriciclo que está acá en la cabaña. Sí, ya sé, ya sé. Estoy seguro que muchos de ustedes, al leer esas palabras, dijeron algo como "No...", "Dios mio...", "Ni se te ocurra...". Y más aún, sé que al decir esas palabras dejaron salir más aire de lo normal, dando a entender un tono de total desaprovación. Y es más, todo eso, seguro fue acompañado de un movimiento de la mano derecha hacia la frente, dando lugar al característico sonido "plaf". No lo nieguen, yo sé que hicieron eso. Pero dejenme comentarles algo: yo también hubiera hecho lo mismo conmigo mismo. No lo hice porque básicamente fue mi idea andar en cuatri. Sería irónico que yo mismo me desaprobara de tal forma una idea mía, no sería coherente. Pero bueno, veremos qué sucede. No se asusten, no voy a ir por la ruta.. todavía.

Antes de que se infarten (lo digo por mis padres, más que nada), los abandono acá.
Nos estamos viendo en la próxima bitácora. Cuidense, y sigan disfrutando el viaje (si es que lo disfrutan).

Hasta la próxima!

2 comentarios:

EL CAMINO AROMÁTICO dijo...

Fascinante!!!!!!!!!!!!!!!

H&M dijo...

Gracias por compartirnos tus vivencias y por hacernos paladear esas empanadas, la nieve y tu vecina rubia...
Buena idea cambiar los cartelitos blanco o amarillo por el cuatri.
Aldo, marinero.

 
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