sábado, 27 de junio de 2009

Bitácora del Capitán: Día 15.

Despertar violento. Eso fue lo que ocurrió esta mañana en la cabaña. Yo últimamente me estoy acostumbrando a vivir medio solo acá. Despertarme por las mañanas completamente solo e irme a dormir solo. Pero esta mañana fue como si me habría olvidado de la presencia de mis tíos y primos y un violento suceso me lo recordó de una manera muy particular. Yo me encontraba teniendo uno de los mejores sueños de mi vida (No pienso aclarar qué), estaba descansando, contento, casi en un éxtasis onírico. De momento sentí un ruido de algo golpeandose y unos pies o manos - aún no se qué fue - que me pseudo golpeaban. Déjenme esplicarles: yo en mi mente estaba completamente solo, durmiendo pasíficamente y de repente algo que ni idea qué era me golpea. Yo no soy ningún Stallone, menos al despertarme y sí, entré en un cierto pánico. Creí que alguien había entrado a la casa o peores cosas. Patalié, tiré manotazos, hice cosas que ni me acuerdo en mi estado de sueño. Al final me di cuenta de lo que había ocurrido: Iñaki, al bajar las escaleras, se había resvalado con una agenda mia y se estaba cayendo en mi cama. Sí, lo admito: tuve miedo. En el momento de no entender nada, tuve miedo. Pero bueno, era solo un cuerpo de 40 kilos cayendo sobre mi, nada del otro mundo.
Sí, así son mis despertares acá: un primo que cae encima, una pelea de teros en la ventana, un tipo usando una motocierra a las 7 am (creo que eso reemplaza a los obreros de la casa de al lado de Santa Fe),
En fin, suficiente de mis despertares por ahora.
Creo que estamos viendo los primeros indicios de nuestro objetivo en este viaje, mis marineros. He visto gaviotas revolotear cerca de nuestra nave, y creo poder divisar algo parecido a un puerto, lejos en el horizonte. No daré demasiados datos al respecto, muchas veces me fue más conveniente mantener la calma y el silencio. Es todo lo que diré por ahora. Pondré más noticias al respecto cuando las haya.
El otro día fui a hacer los trámites necesarios para la libreta sanitaria, ya que es probable que me la pidan en el trabajo. Raúl me llevó a hacer los trámites correspondientes. "Tengo un amigo médico, amigo dentista, vos dejame a mi que me encargo". Genial. Al dentista fui, me miró el pelo y me dio por sano. Bastante rápido. Fuimos a visitar al médico, que estaba tomando un café en Dublin, un bar bastante lindo. Fue interesante esa visita al médico, ya que me quedé en el auto y Raúl le llevó la hoja donde debía firmar, dando a conocer mi estado físico. A los 15 minutos aproximadamente volvió y me tiró la ficha firmada por el médico. "Estás sano dice el doc!" dijo mientras se reía. Muy interesante. Por el momento tenía todo y sin hacer prácticamente mucho esfuerzo. Era el paraíso del argentino. Hace dos días fui a entregar todos los papeles para hacer la libreta. Fui a donde tenía que ir, me atendió una rubia de unos 30 años - media mala onda. Empezó a revisar los papeles y llenar los campos de la libreta. "Genial, la tengo enseguida, todo va demasiado perfecto". Y así era, de hecho. Pero muy perfecto para ser real: en el momento que estaba llenando la parte médica, veo que súbitamente se detiene y mira totalmente sorprendida mi ficha. "Che, pero esto acá está mal, no puedo usarlo" me dice mientras me señala algo. Era la fecha, en la que teoricamente, me había realizado la observación el médico. Por algunos extraños acontecimientos de este universo alterno en el que vivo hace dos semanas, el Doc había puesto que mi revisión había sido en Enero... sí, Enero. No Marzo, no Abril, sino Enero. Intenté explicarle la situación a la chica, de que la fecha era incorrecta. Me terminó creyendo, me dio la hoja y me pidió que la corrija y vuelva para terminar el papeleo. Le agradecí y salí de la habitación. Apenas estaba afuera me acordé de mi viejo, cada vez que me decía "Lo barato cuesta caro".. y sí, sabias palabras que me dijo. Los barato, suele ser caro.
Me estoy dando cuenta de que este pueblo me supera muchas veces.
Cambiando de tema rotundamente, creo que desde que llegué a acá engordé un poco. Nunca estuve tan feliz. Me di cuenta hoy, cuando al ajustarme el cinturón noté que en el lugar de siempre me quedaba apretado. Tuve que aflojarlo un circulo y medio casi para que me quede como antes. No sé, espero que no sea solo mi imaginación. Aunque.. si es así tendré que hacer algo para que no me afecte en mi rendimiento de fútbol. No podría perdonarme a mi mismo no rendir como siempre. Sacrilegio.
Hay noticias, debo admitir que hay algunas, pero me las guardaré para más adelante, para cuando estén confirmadas.

Por ahora, los despido. Cuidense, buena suerte -aunque no crea en ella.

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