"Tenés que hacerte un Facebook, sino no existís!" me dijo anoche Luna, una amiga.
Es extraño, desde la semana pasada habré escuchado esa frase un mínimo de seis veces. La gente me ha pedido que me haga una cuenta en Facebook tal vez unas siete veces. Constantemente escucho que me dicen "Hay un vide genial que subieron unos amigos... ah, pero está en Facebook, no podés verlo".
Las personas que me conocen saben que hay una realidad universal que rige mi vida: soy fanático de la informática (lo cual no significa que sepa tanto como debería). A la temprana edad de 5 años llegó la primer pc a mi casa: una tierna 186 que no corría más que alguna versión de D.O.S. Tan chiquito como era, ya me sabía la gran mayoría de los comandos existentes en dicho SO, instalaba y jugaba al juego de Las Tortugas Ninjas en esa plataforma, donde todo era gris y negro (porque no era blanco, era gris). Mientras hoy en día hacemos "Ctrl+v / Ctrl+c", en aquellas épocas copiabamos las cosas por líneas de comandos (que hoy en día ya olvidé, claro). Toda mi vida estuvo afectada por las pcs y agradezco a la vida de que así haya sido. Nunca me opuse a la tecnología, sino que la recibo, con brazos bien abiertos.
Es por esto que prácticamente nadie puede entender cómo es que no tengo una maldita cuenta de Facebook, o nunca tuve un maldito Fotolog/Metroflog/QuéSeYoLog. Estuve un año entero meditando seriamente antes de hacerme este BLOG, pero lo uso para motivos totalmente diferentes a los que podrían llegar a utilizar otros.
Yo no soy un gran conocedor de personas (hay gente que tiene miles y miles de conocidos), pero entre todos los que conozco, hay apenas dos personas además de mi mismo que no utilizan Facebook: Mi abuelo (que ni sé si conoce qué es Facebook) y Lali, mi mejor amiga a quien conozco desde los cinco años. Todo el mundo se sorprende por eso, preguntandome cómo es que puedo estar tan desconectado del mundo. "Tan desconectado del mundo". Es interesante, ya que antes me decían exactamente lo mismo porque pasaba mucho tiempo en la pc, hablando con amigos de diferentes paises.
No es que yo esté en contra de las amistades virtuales, ya que sería muy hipócrita de mi parte decir eso, ya que la gran mayoría de mis contactos del MSN con los cuales hablo son personas que conocí en juegos como Ragnarok Online, Lineage II y MU. Tengo muchas amistades virtuales y no estoy en contra de eso (Porqué privarme de hablar con un español solo porque esté lejos?), pero el tema con Facebook es algo distinto ya.. al menos lo poco que pude prescenciar.
Ejemplo: el otro día iba caminando con Mauro a un partido de fútbol y empezamos a hablar del Santiagueño, que hacía un mes había sido su cumple. Yo ese día lo llamé y le mandé como 4 mensajes de celular, pero nunca atendió ni respondio. Me contó Mauro que él le dejó saludos por Facebook y el Santiagueño le respondió el mismo día. No responde el llamado de un amigo, pero sí un mensaje por Facebook.
Otro ejemplo fue antenoche, cuando vi a otra personas dejandole un mensaje por facebook a un amigo, que según ella era "de sus mejores amigos".. "porqué no lo llama?" pensé en ese momento. Pareciera que preocuparse por las amistades en la vida real se fuera limitando meramente a un mensaje de Facebook.
Muchos podrán decirme "Es una manera de estar en contacto con todos mis amigos, de postear fotos y videos graciosos entre nosotros". Y ahí yo te cuento algo: tengo un grupo de amigo de diferentes lados de Argentina que jugamos L2 todos juntos y para hacer EXACTAMENTE eso mismo, nos creamos un foro propio, donde tiramos cualquier cosa que se nos ocurra, para reirnos y seguir en contacto juguemos o no al L2. El foro nos tomó 5 minutos armarlo. Creo que hacer una cuenta de Facebook y agregar a todos tus amigos te toma un poco más.
No sé, es raro que yo diga esto, pero creo que se está perdiendo de a poco el valor real de la amistad en vida real. Ya sé, me van a decir que estoy loco y deliro, pero dentro de poco, si todo sigue así, cada vez va a haber más amistades en Facebook que en vida real.
Creo que hablé mucho, después lo continúo.